Salsa de pimienta casera, indispensable para tus platos de carne

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Salsa de pimienta verde

 

Receta Casera de Salsa de Pimienta Verde: Fácil y Deliciosa

Si estás en busca de una salsa de pimienta casera excepcional, te invito a descubrir nuestra receta. Olvídate de los sobres y prepara una salsa de pimienta verde en casa, rápida y deliciosa.

Esta versátil salsa no solo es el acompañamiento perfecto para carnes, sino que también realza el sabor de hamburguesas, pescados y verduras. Nuestra receta es sencilla y fácil de seguir, y en poco tiempo tendrás una salsa casera de pimienta verde lista para compartir con familiares y amigos.

El nivel de picante es completamente ajustable a tu preferencia, lo que te permite disfrutar de un toque suave o más intenso. Esta receta es ideal para carnes rojas, lomo y pollo.

Preparar tu propia salsa de pimienta verde casera es una experiencia culinaria gratificante. La frescura y el sabor auténtico superan con creces a las versiones envasadas. Además, puedes adaptarla a tus preferencias y ajustar el nivel de picante a tu gusto. Si prefieres una suavidad acentuada, esta receta es para ti.

Te animo a probarla y compartir tus comentarios.

 

Salsa de pimienta verde para carnes

Dificultad: muy baja
Coste: bajo

Ingredientes:

– 1 cebolla
– 1 bote de pimienta verde pequeño
– 1 bote de nata para cocinar de 500 ml
– 250 ml de leche semidesnatada
– 2 cucharas de mantequilla
– Sal
– 250 ml de caldo de carne (opcional)
– 1 cucharada de espesante instantáneo o harina de maíz refinada

 

Salsa casera de pimienta verde

 

Preparación de la salsa casera de pimienta verde:

Pelamos y limpiamos la cebolla. Picamos finamente y la echamos a una cazuela o una olla mediana junto con dos cucharadas soperas de mantequilla, una de aceite de oliva virgen extra y media o una cucharadita de bayas de pimienta verde.

Ponemos a fuego medio y doramos la cebolla picada. No os aconsejo que pongáis más pimienta verde para que sea una salsa una salsa suave. Si luego os gusta más fuerte, podemos rectificar al final. No preocuparos.

Cuando la cebolla está dorada y tomando color, sin quemarse, añadimos la nata y la leche. Así vamos a conseguir una salsa de pimienta algo más ligera y no tan densa. Agregamos sal y dejamos hervir durante un par de minutos a fuego bajo medio.

 

Freír la cebolla

 

Añadir la nata para hacer la salsa de pimienta

 

Si queremos, esto es opcional y yo no lo hice, podemos añadir a la nata y leche anterior un vaso de caldo de carne. Y también dejaremos hervir un par de minutos.

Apartamos y añadimos una cucharada de espesante instantáneo. Mezclamos bien para disolverlo y pasamos todo al vaso de la batidora. Batimos a velocidad máxima. Debe quedar una salsa sin grumos y bien triturada.

Yo lo dejará así, pero si queréis, podemos colar y dejar más fina aún. Añadimos a la salsa de pimienta resultante unas bayas o granos de pimienta verde enteros y lista. Rectificamos si nos gusta más fuerte de sabor, por lo que trituramos de nuevo con más pimienta y ya tenemos nuestra fantástica salsa de pimienta verde al más puro estilo tradicional. Bon appétit!

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