Guiso de ortigas o Mâncare de urzici rumano, sorprendente pero riquísimo
¿Conoces el mancare de urzici rumano? Para quien no ha comido nunca guiso de ortigas, puede sonar extraño, como un castigo, pero espero que confiéis en mí si os digo que la mala fama de las ortigas no es justificada.
El guiso de ortigas es muy sano, porque las ortigas contienen una gran cantidad de aminoácidos y vitaminas Gracias a este rico contenido, ellas se usan tanto como alimento, pero también como medicamento, en curas para la regeneración y desintoxicación del organismo.
Vais a preparar una comida muy sencilla y muy fácil de hacer y os aseguro que probarlas después no os vais a perder las ortigas jóvenes con las primeras lluvias.
En este caso la receta es de Europa del Este y la traducción de guiso de ortigas es mancare de urzici. Ya sabéis que podéis dejar vuestros comentarios y que os leemos!
Guiso de ortigas o mancare de urzici
Dificultad: baja
Coste: bajo
Ingredientes: (4 personas)
– 6 puñados de ortigas muy jóvenes y frescas (600 gramos)
– 1 cucharadita de harina de trigo
– 1 taza de leche
– 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
– 1 cebolla
– 4 dientes de ajo
– 4 huevos frescos
– Pimienta molida
– Sal
Preparación del guiso de ortigas casero:
Se lavan bien las ortigas, se les quitan los rabitos. En una olla se pone agua a hervir. Cuando el agua llega a ebullición, se echan las ortigas y se dejan como mucho 4 minutos a fuego lento.
Se sacan las ortigas y se escurren en un chino, pero guardando en un vaso el agua que tiene que ser de color verde. La vamos a necesitar después.
En una sartén se pocha a fuego lento la cebolla bien picada, con el aceite y el ajo cortado a láminas. Cuando están blandas, se echan las ortigas y un poco del agua donde hirvieron.
Se deja hasta que consuma el agua. Al final se pone un poquito de leche fría mezclada con un poco de harina y se deja espesar un poco. Se salpimenta y se deja para que espese la salsa y el guiso salga como una crema espesa.
Se quita del fuego, se cubre con una tapa y se deja a enfriarse un poco. Se come calentita, con un huevo frito al lado o cuajado en la misma crema.
Yo lo prefiero cuajado en la misma crema de las ortigas. Le podemos poner una guarnición de mamaliga, también muy típica de los países del este de Europa, que aquí se llama polenta. Bon appétit!