Bolitas de patata y atún
Os presento unas bolitas de patata y atún que, además de ser una receta de lo más fácil y económica, les va a encantar a los más pequeños de la casa. Es una forma genial para que los niños y no tan niños coman este tipo de pescado tan sano y nutritivo.
También estas bolitas de patata y atún son geniales para hacerlas y guardarlas en el congelador, así podremos utilizarlas cuando queramos. Las sacaremos unos minutos antes de freírlas y listo.
Ya sabes, si quieres hacer un entrante o un apetitivo en poco tiempo y realmente bueno y diferente, empieza ya a preparar estas bolitas de patatas con atún y combínalas con tus salsa favoritas. Espero vuestros comentarios!
Bolitas de patata y atún
Dificultad: baja
Coste: bajo
Ingredientes:
– 4 patatas medianas
– 2-3 latas de atún en aceite vegetal
– Pimienta negra molida
– Perejil
– Ajo en polvo
– Sal
– Harina
– Pan rallado
– 1-2 huevos
– Aceite para freír
Preparación de las bolitas de patatas y atún:
Pelamos las patatas y las cortamos a trozos medianos. Las ponemos a hervir en abundante agua y sal hasta que estén tiernas como para hacer un puré de patas.
Mientras se hacen las patatas, en un bol, ponemos el atún escurrido parcialmente de su aceite, junto a un poco de sal, pimienta molida negra, perejil picado y ajo en polvo. Yo lo puse en polvo, pero si queréis darle más potencia y sabor, le picáis uno para dejarlo muy fino. Mezclamos y reservamos.
Cuando las patatas están listas, las pasamos escurridas al bol. Aplastamos y mezclamos bien hasta conseguir una masa con pequeños trozos de patata sin aplastar, para darles un toque rústico. A mí me gusta mucho así.
Dejamos templar y hacemos bolitas no muy grandes con la mezcla. Las colocamos en un papel de aluminio y, cuando están todas, las pasamos al frigorífico para que tomen cuerpo. En unos 15 minutos están listas.
Ahora las sacamos del frigorífico y las pasamos primero por harina, luego huevo batido y por último por el pan rallado. Hay gente que las pasa por el huevo y luego por el pan rallado, a mí me gusta más de la primera forma.
Una vez las tenemos todas listas, ponemos una sartén con abundante aceite a calentar y cuando tiene una buena temperatura, más bien alta, las freímos. Tendremos cuidado de no quemarlas y que obtengan un color bonito.
Las ponemos sobre papel absorbente y listas para servir. Yo las puse sobre una cama de tomate frito, por ejemplo. Pero podéis ponerles encima un palillo y servirlas sobre una rebanada de pan. Bon appétit!
Gracias a ti, Helen, por pasarte por aquí. Ya me comentarás si las pruebas qué te han parecido. Al niño, por parte nuestra les ha encantado, así que las recomiendo para los más peques al cien por cien. Saludos!